Todos
hoy en día tenemos a nuestro alcance la tecnología y más aún desde la creación
de los celulares inteligentes, pero ¿En qué punto pasa de ser una necesidad a
un abuso? En este último consiste la Nomofobia o dependencia tecnológica, la
cual afecta nuestras interacciones sociales y trae como consecuencia
afectaciones emocionales.
La
tecnología ha sido la protagonista en los últimos años a nivel mundial y entre
todas las edades. Sin embargo, los niños son los que se ven más afectados por
este fenómeno de la Nomofobia ya que estos son los que se encuentran en un
proceso de aprendizaje continuo, y los que mayormente les dan un mal uso a
estas herramientas y adoptan como conducta prematura el aislamiento social.
Si
creemos estar cerca de un caso de Nomofobia debemos crear algunas conductas que
mejoren este comportamiento, tales como: establecer horarios de uso del
celular, evitar su uso cuando se esté en reuniones familiares o sociales y
trabajar más en las relaciones interpersonales de manera presencial.