Es
común que las personas adultas piensen que si cuando eran niños ya fueron
vacunados, no necesiten nuevamente de inmunizaciones. Realmente no es así, ya
que las personas de cualquier edad no solo pueden vacunarse sino que es un deber
hacerlo.
De
esta manera, se cumpliría el principal objetivo de la inmunización, prevenir
enfermedades como resultado de proteger nuestro sistema inmunitario. En el caso
de los adultos al administrar una vacuna lo que se espera principalmente es
evitar que se contagien por enfermedades prevenibles, como por ejemplo la
influenza.
Las
vacunas más conocidas para adultos son: Anti influenza, Hepatitis A y B,
Varicela, Anti amarílica, Triple acelular con toxoide tetánico y la Triple
viral. Cada una de ellas presenta unas indicaciones específicas para su
administración y aplicación de las cantidades correspondientes en los lapsos
establecidos. Es por esto que resulta de gran importancia para los adultos
vacunarse a tiempo, ya que al presentar alguna enfermedad como varicela,
neumonía o influenza, las complicaciones podrían ser graves.